El candidato a gobernador por la Región Metropolitana asegura que ha recibido «ataques de carácter personal» y «ninguneos, no sólo hacia mi persona, también hacia los votantes al decir que ellos se equivocaron al votar». Sobre su adversario en esta elección, Claudio Orrego, dice que «su comando está muy perdido en cuanto a la estrategia» y lo invita a «aceptar debates, a que intercambiemos opiniones». Sobre los apoyos que ha recibido para la segunda vuelta, el abogado sostiene que «soy el líder de las oposiciones en esta candidatura».
En esta nueva edición de Contracara entrevistamos a Francisco Orrego (RN), quien compite para convertirse en gobernador de la Región Metropolitana en la segunda vuelta que se llevará a cabo el 24 de noviembre. Su rival, el actual gobernador Claudio Orrego, será el invitado del próximo miércoles en este mismo programa.
Con un 27,7% de los votos, el abogado Francisco Orrego quedó en segundo lugar de las preferencias y ha concitado el apoyo de los partidos de oposición. De hecho, asegura que no es sólo el candidato de «las derechas», sino que «en este momento soy el candidato de las oposiciones. Tengo el apoyo de Demócratas, de militantes de Amarillos, de militantes del Partido de la Gente, de todo lo que es Chile Vamos, de Republicanos, del Partido Social Cristiano».
Sobre las críticas que se han levantado contra él en este periodo, el candidato sostiene que «en este momento la candidatura de Claudio Orrego, su comando, está muy perdido en cuanto a la estrategia». Además, apunta a una campaña que «ha buscado atacarme a mí personalmente, desacreditarme como un actor político por mi origen social, por venir de donde yo vengo«.
«Hay una campaña basada en ataques de carácter personal»
-Para partir con una pregunta más personal, en tu discurso al pasar a la segunda vuelta al primero que le diste las gracias fue a Dios y después a la Virgen del Carmen. ¿Qué es para ti Dios?
– Para mí la fe es muy importante, el ser católico es muy importante. Yo soy una persona que su fuerza, cuando a veces flaquea, la encuentra en la fe. Soy de aquellas personas de familia tradicional chilena que somos muy devotos de la Virgen. Mi hija, sin ir más lejos, se llama Isidora del Carmen, precisamente por la ‘chinita’. Yo soy de aquellos que caminan a Lo Vásquez todos los años. Yo pago mis mandas fielmente, camino desde la quinta región hacia el santuario. Lo digo con mucho orgullo, soy una persona que tiene un ideario político de defensa a la idea de la libertad, soy una persona de derecha y una persona abiertamente católica, orgullosamente.
-En el oficialismo nunca te vieron como una amenaza. Te criticaron por venir de la farándula política, por participar en ‘Sin Filtros’, por no tener experiencia. Hay personas de ese sector que han hablado mal de ti, como la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, el diputado Diego Ibáñez, el alcalde electo de Puente Alto, Matías Toledo, entre otros. ¿Qué hay detrás de esto? ¿Te has sentido discriminado?
–Sí, lo he sentido en carne propia. He visto cómo se ha articulado una campaña que lo que ha buscado es atacarme a mí personalmente, desacreditarme como un actor político por mi origen social, por venir de donde yo vengo. Siento que es una falta de respeto profunda por todos aquellos que somos los primeros profesionales de nuestra familia, por todos aquellos que venimos de regiones, que hemos encontrado un futuro en la Región Metropolitana, que nos hemos sacado la cresta para salir adelante, que nos hemos preocupado de respetar la tradición de nuestra familia. Hay una campaña este último tiempo que se ha basado en los ataques de carácter personal, en el ninguneo, y no solo hacia mi persona, también yo lo veo hacia los votantes, al decir que ellos se equivocaron, que querían votar por Claudio, pero terminaron votando por Francisco básicamente porque no saben leer. Entonces los votantes son tontos. Yo creo que ese ninguneo de mirar por sobre el hombro, que no solamente es de Diego Ibáñez, no solamente es de Paulina Vodanovic con estas comparaciones odiosas, ha venido también del mundo de las comunicaciones con Lucía Dammert quien señaló que yo no era parte de la élite.
Hay desacreditaciones por dónde he trabajado. Gonzalo Winter también preguntaba ‘quién financia a Francisco Orrego’. Bueno, yo le digo a todo ese mundo que está preocupado por mi historial de vida que soy una persona que trabaja desde los 16 años, que partí en mi primera peguita haciendo hamburguesas en McDonald’s, de parrillero, para poder comprar un par de cositas que quería en ese momento.
-¿Duele?
-Sí, duele. Pero duele porque yo siento que en ese ataque no es que me ataquen a mí, atacan a millones de chilenos.
-Y en la oposición, ¿te has sentido discriminado, mirado en menos?
-En la derecha me miran raro, obvio, mira cómo me visto. Hay una forma de ser de la derecha tradicional que se aleja mucho de los cánones que yo tengo en mi expresión corporal, en mi expresión de vestimenta, en lo que yo soy, tatuajes, aro, guayabera. Pero no he sentido discriminación. Sí te puedo ser sincero con algo. A mí me costó llegar a un cargo de elección popular y me costó instalarme como un candidato y tuve que validar toda mi trayectoria a punta de esfuerzo, de seguir tocando puertas y cuando me bajaron de una candidatura seguí trabajando, cuando me bajaron de la segunda candidatura seguí trabajando. Yo siento que mi desafío hoy día, lógicamente, es de carácter electoral. Tengo que tocar corazones, tengo que movilizar voluntades, tengo que tener un proyecto que le haga sentido a los vecinos de la Región Metropolitana, al mismo tiempo que tengo la obligación de abrir puertas para que lo que a mí me costó llegar al cargo en el que estoy hoy día no le cueste tanto a muchachos que vienen atrás mío que han hecho el mismo recorrido que yo, que vienen de la política universitaria y que están tocando puertas.
«Soy el líder de las oposiciones en esta candidatura»
-Hoy en T13 Radio, Claudio Orrego te calificó como ícono del trato duro y, en cuanto a lo rápido que hablan los dos, contestó que era como el Dalai Lama al lado suyo. ¿Qué le responde?
-En este momento la candidatura de él, su comando, está muy perdido en cuanto a la estrategia. Detrás de eso hay toda una conceptualización que no es solamente esa frase, seamos bien sinceros. A mí me carga la mentira en política. Yo te puedo gustar o no gustar como un candidato, como persona, como un representante de las oposiciones, pero lo que nunca vas a encontrar en mí son medias tintas, no vas a encontrar volteretas en mi persona. Y cuando la jodo y me equivoco, tengo una capacidad distinta a la gente que hoy día nos está gobernando. Yo pido disculpas, yo soy muy bueno para pedir disculpas y soy muy bueno para escuchar, me cargan los todólogos.
Las decisiones las tomo yo, pero las tomo cuando tengo un equipo de trabajo que me da soluciones y yo veo cuál es la correcta. Entonces, cuando él dice, ‘bueno, yo soy el Dalai Lama’, se refiere a que quizás nuevamente está cayendo en lo que dijo el primer día de campaña: francotiradores, la guerra, las trincheras, las barras bravas, el ninguneo a los votantes porque los votantes son tontos y se equivocan al momento de votar. Entonces, yo le invitaría de verdad, de todo corazón, primero a aceptar debates, a que intercambiemos opiniones y a que comparemos programas. Porque yo cuando debato con él, lo que le voy a decir es, ¿cuáles han sido tus legados para la Región Metropolitana en los últimos tres años? Perfecto, no los vamos a encontrar. Yo creo que las cosas se pueden hacer mejor y lo que nosotros estamos proponiendo a la Región Metropolitana en materia de soluciones concretas, es un proyecto que se basa en que sabemos hacer las cosas mejor.
-En la primera vuelta hablaste de que ‘no es que les duela o les importe mi tono, les molesta la verdad’. Luego dijiste ‘cambiaré mi tono’. ¿Por qué el cambio?
–Porque lo importante no es la forma, lo importante es el fondo, lo importante son las ideas, las propuestas. Yo soy directo y eso no va a cambiar. Yo soy un tipo sin pelos en la lengua, soy una persona que siempre está en la vida argumentando. A mí me gusta el debate apasionado, pero con datos, siempre. No me gusta la descalificación, no me gusta el ninguneo, no me gusta mirar por sobre el hombro, a mí me gusta trabajar hombro a hombro. No me gusta que hagamos política en torno a cuál es tu origen, lo que me importa es hacia dónde vamos, como región también.
Entonces, si lo que a ellos les complicaba era que yo era muy fuerte en mi tono de voz, bueno, podemos decir lo mismo pero mucho más tranquilo. Y lo vamos a seguir diciendo y vamos a seguir diciendo las verdades de frente porque lo importante es hablarle a la ciudadanía y no mentirle. Entonces, yo lo que estoy intentando de verdad, de todo corazón en esta campaña, es ir a las ideas, a las propuestas, a los proyectos, a las posiciones políticas, a ver quiénes nos están apoyando y qué es lo que queremos para la región. Porque uno tiene un mundo político al que representa. Y ahí es donde yo digo, digamos la verdad. Porque yo hoy día, ¿qué soy? ¿Soy el líder de las derechas en esta candidatura? No solamente eso, paso a ser el líder de las oposiciones. Ya no cuento solamente con el apoyo de Chile Vamos, cuento con el apoyo de Demócratas, de Republicanos, se acaba de sumar el Partido Social Cristiano, yo sé que vamos a tener un muy buen encuentro con las ideas programáticas del Partido de la Gente, y sé que lo que importa finalmente es representar a los vecinos.
-¿Crees que el apoyo del Partido Comunista a Claudio Orrego le resta votos?
-Eso lo va a determinar la ciudadanía, pero yo creo que lo importante es transparentar. Yo tengo apoyos políticos, represento a un sector. Mi objetivo hoy día es ser el candidato de las oposiciones, no de las derechas. Transversalizar esta candidatura, levantar puentes y ser convocante. Convocante con soluciones concretas. Claudio hoy día representa el mundo del oficialismo. Es el candidato de Gabriel Boric, del Partido Socialista, del PPD, del Frente Amplio y del Partido Comunista. Hizo campaña con candidatos del Partido Comunista. Hizo campaña abiertamente con Irací Hassler en Santiago Centro, entonces cuando él hace campaña con Irací Hassler, cree que esa gestión fue buena.
-Claudio Orrego ha sido alcalde, concejal, intendente, gobernador, y él ha dicho que sabe cómo funciona la burocracia, los municipios, que tiene la experiencia. ¿Tú no la tienes?
-Sí la tengo. He trabajado a nivel de gobierno central, en el primer gobierno de Sebastián Piñera, en el Ministerio de Educación, me tocó estar al lado de Harald Beyer cuando fue destituido, me tocó llorar junto a él, porque lo sentimos realmente bien duro. Me ha tocado estar en el mundo municipal, de asesor también en esa materia, soy asesor parlamentario, he trabajado en centros de pensamiento, yo me dedico a la política pública, a mí no me gusta el ninguneo, cada uno aporta desde su materia. Si tú me dices que no tengo cargo de elección popular, sí.
«En la gobernación metropolitana no hay legado, hay administración«
-¿Cuál sería la ventaja competitiva frente a Claudio Orrego pensando en que hay mucha gente que está indecisa?
-Lo primero es que efectivamente represento a una nueva generación de políticos de derecha que viene con un ímpetu distinto y que viene con una formación distinta. Segundo, me he preparado toda mi vida para asumir liderazgos importantes como este, por eso soy profesional, soy abogado de la Universidad de Chile, por eso hice mi magíster en pensamiento político, saqué mi diplomado, me he dedicado al mundo del servicio público, conozco la sociedad civil, me ha tocado levantar movimientos, de hecho uno de los más importantes que tuvimos fue ‘Con mi Plata No’, del cual me siento muy orgulloso por lo que conseguimos. Tercero, porque tenemos programas, porque tenemos equipo y porque la gente que trabaja con nosotros tiene la experiencia de poder decirle a la ciudadanía ‘nosotros cuando gobernamos dejamos legados’.
-¿Y Claudio no tiene equipo?
-Yo lo que estoy viendo en este momento es que en la gobernación metropolitana no hay legado, hay administración y administrar es simple, porque lo que hay que hacer es destinar recursos. Mi diferencia con él y creo que una diferencia política muy válida, es que no hay un proyecto de región a los próximos 40, 50 años, no hay un Vicuña Mackenna, no hay un Santa Lucía.
-¿Cuál es el legado que tú quisieras dejar?
-Yo lo que quiero dejar en estos cuatro años es el inicio de un centro operativo de seguridad integrada al estilo de lo que se hizo en la ciudad autónoma de Buenos Aires, donde viven 3.5 millones de habitantes. Me fui a Buenos Aires, conversé con Patricia Bullrich, estuve conversando con Horacio Rodríguez Larreta, con Mauricio Macri, es gente que se ha dedicado los últimos 17 años a establecer un sistema de seguridad que ayude en la prevención y en la persecución del delito. Lo que hoy día me están pidiendo los vecinos a gritos es mayor coordinación, enfrentar la delincuencia. Claudio decía que en la política estábamos en lógica de guerra, de trincheras, bueno, yo le digo a Claudio que nosotros si estamos en guerra, es contra el crimen.
Yo no soy un todólogo, y yo creo que no somos nosotros los llamados a inventar la rueda, copiemos lo que funciona bien. Yo ahí tengo una diferencia sustantiva con el Presidente Gabriel Boric. Yo me acuerdo cuando él llegó a la Presidencia y dijo ‘yo no voy a ser un político de esos que trabajan 24/7’, que él iba a dejar espacio para el esparcimiento de la familia. Yo soy un trabajólico por definición, yo trabajo 24/7 porque tenemos demasiados desafíos. Yo no entiendo cómo después de un fin de semana, con la cantidad de delincuencia que tuvimos, terminen carreteando en el Cerro Castillo. Te juro que no lo entiendo.
FUENTE: El Libero.